Números y Dioses.
El origen de las matemáticas tal como las conocemos hoy día se remonta al s.VI a.c. con la comunidad iniciática de los pitagóricos. Pero ya existían matemáticas en Mesopotamia, India y Egipto con anterioridad. Las primeras matemáticas avanzadas de las que tenemos referencias datan del III milenio a.c. y aparecen en Babilonia y en Egipto. Para las tradiciones antiguas, el número había sido revelado al humano por los dioses como un medio de conocimiento para alcanzar la verdad, como herramienta y vehículo entre el cielo y la tierra. Los sacerdotes del antiguo Egipto creían que los números eran los propios dioses que mostraban y definían qué era la realidad. El dios egipcio de la Sabiduría, Thot, ya había fijado en el principio del tiempo, las Proporciones para armonizar con el Uno. Todo aquello que no se adaptara o igualara a la "medida", sería relegado al Caos, gobernado por el dios Set.
Del pensamiento de los antiguos sabios de Egipto quedó impregnado el mundo griego, y para la comunidad de los pitagóricos, el pensamiento matemático era la Vía hacia la comprensión del cosmos, hacia el conocimiento de ”las raíces y fuentes de la Naturaleza”.
Según Pitágoras, el universo estaba regido por los números, los cuales además de ser la herramienta para explorar la mente y la materia, constituían un modo de acercarse a la divinidad; a través de la armonía de los números se revelaría la armonía del universo. De esta manera, para los pitagóricos primitivos, el orden y la armonía del universo eran objetos de contemplación, pero también modelo y espejo de lo que debería ser el comportamiento humano. Por medio del número y sus proporciones el hombre sería capaz de alcanzar tal armonía. Más tarde, Platón, convencido de la estructura geométrica del universo, sustituye la concepción aritmética del mundo de Pitágoras por una geométrica, así la Geometría le dio forma al principio que simboliza el número y comenzó a gobernar el universo.